6 dic 2013

Con quien mejor se asienta la cabeza

Apoyándome en tu pecho
se va llevando el olvido
todo enfado
y si hay disgusto al acecho
huye medio adormecido
y apocado.

Se puede contar contigo
en cualquier tipo de sueño
y desvelo
pues recostada en tu ombligo
se desfrunce siempre el ceño
sin recelo.

Cuando brotan los sollozos
y parecen inundarme
desconsuelos
rescatas todos mis gozos
y consigues revelarme
nuevos cielos.

En las noches estivales
cuando el calor se presenta
descortés
se alivian todos mis males
al abrazar sudorienta
tu revés.

Me ofreces todo un rebaño
que está empeñado en saltar
para aburrir.
Y, esto viene ya de antaño:
la cuenta la has de llevar
hasta el dormir.

Si asiento bien la cabeza
es siempre que estoy contigo,
no por nada,
pero es tu naturaleza
por la que yo te bendigo
oh, almohada.




2 comentarios:

  1. ¿Te acuerdas de aquel primer dicho tuyo sobre la almohada?
    De ahí vienen estos versos, estupendos. Enhorabuena.

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  2. Magnífico poema, Alicia, magnífico! Gracias!

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