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-Venga, pues dime un tema, el que tu quieras, y te hago un poema.
(silencio premeditado mirando a todas partes, está pensando en decirme lo más difícil que se le ocurra)
-Sobre los pomos de las puertas.
Ay dios mio... qué trabajos más extraños me encargan. Lo bueno es que de todo esto se aprende, y como me vi obligada a dedicarles unos versos a estos curiosos elementos a petición de mi amigo Pablo, también tuve que fijarme en ellos.
Copla de puertas abiertas
Hoy voy a hablarles, señores
de una cuestión importante
que acaricio.
Pues nadie les tira flores
a pesar de su brillante
beneficio.
Los hay redondos, cuadrados,
de formas irregulares,
pequeñitos.
También los hay ovalados,
con diseños triangulares
muy bonitos.
Son autores de porrazos
e instrumentos saca-diente
de los niños
y además de cabezazos
Pérez viene prontamente
por los piños.
Mas dejando salvedades
y excusas sin importancia
les comento
que abren posibilidades
como abren una estancia,
al momento.
Hablo del fiel picaporte,
de los pomos de las puertas
¡Qué ironía!
pensar que a nadie le importe
descubrir sendas abiertas
cada día.
Ali.
Bueno, queda demostrado que hasta las cosas más sencillas son vitales, que de los pomos de las puertas se pueden decir muchas cosas y que un poema puede tratar sobre el tema más sorprendente que te puedas imaginar.