Me preguntaron una vez, y no de manera precisamente agradable, que para qué servían el griego y el latín.
En ese momento me quedé en blanco. Y qué rabia me dio no poder contestar a ese ignorante y a otros que me preguntaron después, algo así como: Sin palabras no podrías haberme preguntado, ¿no?
Ahora solo se valora la utilidad de las ciencias. Todo aquello que, en la práctica, sirve para algo, tiene más valor para la mayoría de la gente que el resto. Como digo, en la práctica. Construir un coche, o un hidroavión, o incluso un móvil que te atonte un poco el cerebro, eso es lo que busca el sistema. Pretende convertirnos en autómatas a órdenes de un puñado de personas y desprestigia todo aquello que nos hace pensar: la filosofía, nuestra historia, la geografía, la cultura griega y latina, de la que al fin y alcabo, estamos rodeados... Por supuesto que piensas cuando realizas una ecuación matemática, pero no me refiero, en este caso, a la forma sistemática de pensar que tiene una mente matemática, sino a aquella forma que nos hace ser personas, ser un individuo concreto y no una calculadora sin más, que es en lo pretenden convertirnos.
Nos van creando una serie de prejuicios para que la sociedad vaya apartando de sí todo lo que pueda lograr separarla de la masa informe de cuerpos sin mente en la que nos convierten poco a poco. Quien pretenda ser un individuo singular, resaltar por sus ideas, su forma de pensar diferente del resto, es tonto, ¿por qué? porque lo dice el sistema. Tócate las narices.
No estoy llamando tontos a aquellos que estudian ciencias, llamo tonto e ignorante a todo el que piense que las letras no sirven para nada, porque sirven para algo tan obvio como es pensar.
Respira, chiquilla, que te se acelera el rítmo cardiaco (ternario, de vals).
ResponderEliminarA si que las ciencias son no pensar, ¿eh? Vamos a tener que hablar tú y yo de la importancia de las ciencias, como ganas de saber, casi concepto abstracto, en el ser humano y su desarrollo. El latín, el griego... solo tengo una pega: se estudian como lenguas muertas. Nadie estudia a Platón o a Beethoven como muertos y, por favor, ¡que no pase! Dejemos de enterrar lenguas para luego aprenderlas. Mejor... saquémoslas de la tierra, la tierra que nos sostiene un día tras otro y nos acogerá algún día (con la completitud de la idea machadiana).
Filósofos y matemáticos. Durante mucho tiempo fueron lo mismo. Las mismas personas, mismos razonamientos, misma pasión por conocer. El problema no es que no haya un parentesco cercano entre ciencias y letras, sino que se nos olvida que lo hay, se nos olvida que debemos buscarlo. No son enemigos, por dios, son complementarios, como una cuarta y una quinta, se necesitan mutuamente. Y, cuanto más sabemos en conjunto, más podemos disfrutar de la vida. Un ansia por la especialización y la concreción se ha apoderado de la sociedad del siglo XXI. No hay nada malo en que un filólogo sepa algo de biología. Ni en que un ingeniero aprenda las raíces de la lengua. Es enriquecedor. Pero se nos olvida enriquecer si no es en el caldo del cocido.
Buena forma de liberación para ti y los que decidamos leerte. De vez en cuando hay que plantearse la escritura así. ¡Sigue, siempre sigue!
Un beso
Ojalá todos los científicos adolescentes pensaran como tu...
ResponderEliminarSolo te discuto una cosa: el griego y el latín no son lenguas muertas. Han estado vivas siempre y, en mi opinión, nunca hemos llegado a meterlas bajo tierra. Solo tienes que coger una caja de pastillas y ponerte a leer sus componentes. ¡Es griego puro! Y ¿El latín? Con solo oír te hablar descubrirás que hablas latín, quizá más modernizado pero latín al fin y al cabo. Por eso me detengo en este punto porque, completamente de acuerdo en que son complementarios, por tanto, en ninguna manera latín, griego, filosofiía o matemáticas pueden ser algo sin vida.
Gracias una vez más por esas palabras!
Horrendas faltas que me hace cometer el no saber manejarme del todo con aparatos táctiles... PERDÓN!
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