Hmmm...
¡Qué rica me ha sabido hoy la merienda!, debe ser que hacía tiempo que no tomaba leche con galletas.
Se empieza a oler la primavera, con ese olor característico de lluvia cálida. Mientras mastico la galleta se me vienen a la mente un montón de recuerdos. Una merienda igual pero en otro sitio, hace más tiempo del que yo quisiera.
Me da el sol en la cara y guiño los ojos. Cada uno intenta encontrar la piedra más plana donde poder sentarse lo más cómodamente posible. Esperar a que las galletas se humedezcan en la leche con cacao hasta que estén blanditas y luego tomarlas con una cuchara de plástico amarilla, a saber dónde estará ahora esa cuchara, saborearlas pensando en la historia que contaba mamá cuando te las metía en la leche de pequeña y respirar el olor a resina fresca.
Parece mentira que cosas tan simples se queden guardadas en tu memoria y aparezcan cuando menos te lo esperas mientras estás merendando en la cocina de tu casa. Esos son los pequeños detalles que hay que plasmar. Esos que te engrandecen.
Me encanta esa sensación mezcla melancolía, mezcla satisfacción de recordar cosas en esa tranquilidad de tomarte un colacao calentito. En verano lo hago a menudo a altas horas de la noche tumbado en una hamaca y mirando las estrellas. Es emocionante :)
ResponderEliminarY a mi me encanta hacerme un cóctel calentito de leche con miel y canela y sentarme en mi puf al lado de la ventana abierta una noche de lluvia. En fin, somos unos románticos :)
ResponderEliminar"Corren tiempos difíciles para los soñadores."
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